domingo, 29 de abril de 2012

Los vengadores


Después de varias películas de superhéroes de la Marvel producidas por la misma compañía, y protagonizadas por sus superhéroes en solitario, nos llega la película en conjunto de esos superhéroes. Algunos no han tenido película propia si no que han sido presentados en las películas de otros superhéroes como es el caso de Nick Fury -que ha aparecido en cameos o en un papel secundario en casi todas-, Black Widow -que tuvo su papel en Iron Man 2- y Hawkeye -con una innecesaria aparición en Thor-. También al agente Coulson lo hemos visto en varias. A todos los demás ya los conocemos de las adaptaciones -algunas están bastante bien, otras no tanto- que se han realizado: El increíble Hulk, Thor, Iron Man y secuela y El capitán América. En el infravalorado Hulk de Ang Lee, Marvel no estaba detrás.


En este caso, Whedon decide dar cierta continuidad a las anteriores películas en solitario para tejer la trama de Los vengadores. En este caso, tenemos la caja (el teseracto) de El capitán América, el villano es Loki, el archíconocido hermano de Thor, y la iniciativa vengadores la fuimos conociendo un poco mejor en Iron Man 2. Whedon realiza un guión que tiene sus pequeños fallos pero que no olvida todo lo anterior y lo relaciona con lo que vemos. También hay que tener en cuenta que estamos ante una película introductoria, que son muchos personajes y tienen que trabajar en equipo, por lo que quizá algunas cosas están tratadas con cierta ligereza.


Pero Whedon es un tipo que se mueve a gusto en la mezcla de géneros y se nota. La puesta en escena no es sorprendente, es lo esperado de alguien con el oficio del director pero tiene un par de sorpresas refrescantes. En primer lugar, la gran maestría que tiene el director para, después de un gran inicio, focalizar casi toda la acción en dos únicos escenarios. En primer lugar en la base aérea de la agencia S.H.I.E.L.D. y, en segundo lugar, en New York, en la adorada Manhattan de Woody Allen, justamente en el sitio donde se encuentra la torre Stark -residencia de Tony AKA Iron Man-. Y en esas dos grandes escenas, en las que Whedon muestra todo el arsenal de Los vengadores, el director se mueve como pez en el agua entregándonos un enorme espectáculo.


Anteriormente, teje una historia sencilla y eficaz abriendo la historia con la llegada de Loki a la tierra y con los primeros pasos de su plan. Tenemos a un Loki tan perdedor como siempre pero que parece más seguro que en Thor. Loki tiene un par de escenas muy buenas estando ese cara a cara, en plan El silencio de los corderos, entre él, que se encuentra en la celda de Hulk, y la Viuda Negra. Quizá es un villano que parece demasiado endeble pero en esa escena, en la que saca toda su mezquindad en acción, resulta escalofriante. Aunque a mí ya fue lo que más me gustó en Thor y creo que aquí también tiene su punto.


Las relaciones entre los vengadores quizá es lo que más se resiente respecto a lo que conocemos pero vemos pequeños esbozos que seguro que se desarrollarán en un futuro no muy lejano. Esa rivalidad entre el capitán América e Iron Man o la relación que Black Widow mantiene con Hawkeye. Whedon prefiere plantar la semilla primero y luego ya desarrollará las relaciones mejor como la de Stark y Banner, que resulta muy atractiva la pareja que forman Downey Jr. y Ruffalo. Primero quiere juntar a los héroes, que existan esas pequeñas rencillas entre ellos que les impida comportarse como un grupo unido y que se entienden a la perfección, hasta que no les queda otra que volver a reunirse para combatir contra el mal. La estructura es sencilla pero eficaz.



Whedon dosifica bien a los actores. Quizá quien más se resiente de dicha dosificación sea el Hawkeye de Jeremy Renner, que más allá de un par de escenas de acción donde Renner demuestra ser un actor genial en este tipo de escenas, no tiene mucho más donde lucirse. Los demás bien. No tienen la profundidad de las películas que protagonizan, pues allí son los protagonistas principales y aquí tienen que compartir con los demás, pero logran mostrar sus rasgos más fundamentales como es el hecho de la soberbia y la ironía de Tony Stark, un capitán que sigue anclado en el pasado y en la guerra mundial, un Thor que aún intenta ver algo de humanidad en su hermano, sin conseguir resultados en ello, o un Bruce Banner, con cierto temor a perder el control.


Los actores están bien en su papel. Podemos ver a una Scarlett Johansson más metida en el papel que la anterior vez que lo interpretó y convirtiéndose en lo mejor de la película junto a Downey Jr. y Ruffalo. Un Tom Hiddleston eficaz y un Samuel L. Jackson correcto, acompañado siempre por la muy guapa Cobie Smulders y ese cachondo que es Clark Gregg, redondean un casting perfecto con pequeños cameos o apariciones de Stellan Skarsgard (Thor), Gwyneth Paltrow (Iron Man) o cameos de Stan Lee o el gran Harry Dean Stanton en un pequeño cara a cara con Bruce Banner. Los Vengadores es una película muy entretenida, un blockbuster que sabe ser emocionante, que tiene sus golpes de humor y que es un espectáculo disfrutable. Y en ningún momento me ha parecido una película agotadora.

sábado, 28 de abril de 2012

Martha Marcy May Marlene (spoilers)


Creo que en un principio, antes de ver Martha Marcy May Marlene, comparé demasiado esta película con otra película independiente que se estrenó el año pasado y que me gustó bastante, Winter’s Bone. Injustamente porque lo único que tienen en común son cuatro detalles nimios con los que se podrían comparar un montón de películas muy diferentes: que ambas son dos películas independientes que tuvieron su éxito en Sundance, que en ambas actúa John Hawkes, que están protagonizadas por una chica joven y en la que la familia es una parte importante de la película.


Esas son las semejanzas entre ambas películas pero son diferentes. Por suerte, mientras la veía me he acabado olvidando de eso y he disfrutando del debut en el largometraje -anteriormente había dirigido algún corto que otro- de Sean Durkin, que realmente apunta buenas maneras pero al que no le veo situándose entre uno de los grandes, siendo sincero pero sí realizando películas interesantes.


La película cuenta la historia de su protagonista, Martha, y de sus dos familias. Sí, de dos familias. Lo que pasa es que una de sus familias la forman varios miembros de una secta en la que se encuentra. La chica consigue escapar de ella y reencontrarse con su hermana con la que empieza a vivir junto al marido de ésta. La historia va alternando el presente -la historia con la hermana- con el pasado de la historia de la chica -la de la secta- y como ella ha llegado a encontrarse tan desequilibrada ante la vida real, acostumbrada a otro tipo de reglas en el grupo.

Aquí es importante el tratamiento psicológico del personaje para hacerlo creíble, para ver como en el presente su comportamiento choca ante el de su hermana y el marido de ésta, como se ve superada por las circunstancias y como su pasado, que ella mantiene oculto ante ellos, vuelve para atormentarla sin conseguir haberse librado del todo de él. De hecho hay un momento en que le dice a su hermana que ella es una maestra y una líder solo porque anteriormente -aunque la escena la vemos después- el personaje de Hawkes se lo ha dicho a ella.

También cobra importancia los pocos minutos que tiene Hawkes en pantalla porque su relación con el personaje de Elizabeth Olsen es clave para entender el posterior comportamiento del personaje de ésta. Él es un tipo que realmente ve en ella algo especial y quiere aprovechar todo su potencial -ese momento con los gatos-, pero cuando ella la decepciona no duda en menospreciarla y en dar una especie de disculpa que a ella le sienta como una patada en el estómago, diciéndole que quizá había esperado demasiado de ella y que no le exigirá tanto.


Durkin saca bastante provecho del aspecto visual de la película. Su puesta en escena es tremenda, es una película fría pero que te sacude y con imágenes de mucha belleza, sacando también provecho del escenario -como el mar o la misma casa de la hermana entre otros-. También sabe sacar provecho de la expresividad de su actriz y no vulgariza la historia. Quizá se le puede achacar un par de tics de cine independiente pero que no terminan por rebajar el nivel de la película.


Elizabeth Olsen está perfecta en su papel, creíble y, además, muy guapa. Bastante más que sus hermanas, por cierto. Dejando de lado eso, ella no se achanta ante su personaje y se tira a la piscina con él para hacer un retrato muy certero de ese personaje. A su lado, Hawkes está bien en los pocos minutos que tiene donde se luce tocando y cantando una canción con una guitarra, mientras que tanto Sarah Paulson como Hugh Dancy, como la hermana y el cuñado de Martha, están ante papeles más típicos pero que sacan adelante con entereza.


Martha Marcy May Marlene es una película pequeña, bien hecha y que, creo, puede ganar con el tiempo y que, además, tiene varias virtudes más allá de la interpretación de su protagonista pero que parece ser lo que más se recuerda por no decir que muchas veces es lo único que se destaca. Y resulta injusto aunque sea una interpretación maravillosa.

domingo, 22 de abril de 2012

Los juegos del hambre


Es curioso que una película como Los juegos del hambre haya caído en las manos de Gary Ross, sobre todo si repasamos la filmografía anterior de este hombre tanto como director como guionista. Big, Dave, presidente por un día o El valiente Desperaux están entre sus guiones mientras que como director realizó la curiosa, entretenida y un tanto ingenua, pese a querer ser una crítica a un estilo de vida rutinario y conformista, Pleasantville mientras que más tarde dirigió Seabiscuit, también protagonizada por Tobey Maguire, que no estaba del todo mal pero que miraba de manera escandalosa al señor Oscar y a demás premios.

  
Los juegos del hambre tiene un principal problema y es su condición de adaptación de novela juvenil que hace que durante los juegos que dan nombre a la película, Gary Ross parezca moverse en tierra de nadie. Es evidente que no se atrevería a ser algo demasiado violento o gore, puesto que perdería a un público potencial a la hora de verla, pero la manera de mostrar la violencia en dichos juegos es la peor posible. O bien con la cámara rápida para que no se vea casi nada o, directamente, no mostrando algunos momentos importantes en los que van cayendo los niños. Vamos, que, básicamente, tiene cierta ironía que lo más blando y cohibido de la película sean los mismos juegos mientras que en la parte anterior se indican cosas mucho más interesantes.


Y el hecho que el plato principal sea insípido resulta decepcionante porque el aperitivo o el plato entrante tiene su punto. Y es que creo que esa enorme introducción está bastante bien. Quizá se le puede pedir algo más a nivel de ambientación, más allá de un vestuario colorista y estrafalario, que se intente destacar mucho más ese futuro distópico que nos presenta la película. Pero creo que toda la parte de presentación del personaje principal, su ambiente familiar -con ciertos parecidos al de Winter’s Bone, también con Jennifer Lawrence de protagonista, aunque aquí la chica tenga a su madre-, la elección del chico y la chica que participaran por parte de ese distrito en los juegos y, más tarde, la preparación y el entrenamiento están muy bien narrado por Gary Ross.


Porque más allá del juego, la historia tiene muy presente que estamos ante un programa de TV de gran audiencia que convierte al espectador de Los juegos del hambre en protagonista directo para garantizar el futuro de esos chicos durante el juego. Que estos intenten vender cualquier cosa para garantizar su supervivencia es un hecho. Desde destacar en los entrenamientos o sorprender a la gente con alguna acción inesperada, a hacer una presentación sorprendente delante de toda la gente -la entrada en llamas de los dos chicos-, a ese romance que los dos protagonistas venden para intentar sobrevivir y ganarse el afecto del público. Quizá lo que se le puede achacar es que esto solo se haga con los dos protagonistas mientras que al resto se le deja de lado pero siendo una película que se vuelca al 100% con su personaje principal, se llega a entender.


Y como se vuelca la película al 100% con su protagonista, es imprescindible que Jennifer Lawrence logre hacer un gran trabajo. La actriz cumple y, desde luego, tiene mucha presencia aunque en algunos ratos acabe sucumbiendo a un guión irregular, sobre todo cuando la película debería ser más intensa. Pero logra que conozcamos a su personaje y que el espectador se ponga de su parte. Y eso es importante. Y desde luego está mucho mejor y su personaje es mucho más aprovechable que el de X-Men: First Class -mejor película, eso sí-, Like Crazy -en un rol muy secundario- o El castor -donde está desaprovechada-. Tampoco llega al nivel de Lejos de la tierra quemada -película normalita donde ella se come a Charlize Theron y a Kim Basinger- ni Winter’s Bone.


El resto del reparto está bien pero sin pasarse. Quizá varios actores están demasiado desaprovechados como es el caso de esa extraña pareja de presentadores del programa que forman Stanley Tucci y Toby Jones o un Donald Sutherland que, pese a ser el responsable de todo, permanece en la sombra. Woody Harrelson e, incluso, Lenny Kravitz están algo mejor que sus compañeros. Y de ese triángulo amoroso, Liam Hemsworth no está del todo mal pero no tiene demasiado tiempo para lucirse mientras que Josh Hutcherson parece que a veces da una de cal y otra de arena, por momentos resulta molesto, en otras escenas está mucho mejor. 


Los juegos del hambre es una película que necesitaría mostrar su verdadera naturaleza pero que no puede hacerlo. Las reminiscencias con El malvado Zaroff -película muy superior-, Acorralado -que más allá de un bosque y una persona que debe sobrevivir allí, no tiene mucho más en común- o Battle Royale -que tiene lo que le exijo a Los juegos del hambre y sin embargo es una película que no me gusta, al menos hasta nueva revisión- están ahí pero Los juegos del hambre es una película mucho más blanda que todas éstas. Y es una pena porque es una película entretenida que hubiera necesitado a unos productores con más cojones y a un director con más personalidad. No pido a un Paul Verhoeven pero sí un poquito más de agallas a la hora de hacerla. De todas maneras, se pasa bien el rato con la película. Pese a una duración un tanto excesiva.

sábado, 21 de abril de 2012

Presunto culpable (spoilers)


Normalmente las series o las miniseries de la BBC suelen ser fiables y tienen un mínimo de calidad. En el caso de Juicio a un inocente o Presunto culpable (Criminal Justice) debo decir que, en cierta medida, me parece indigna de la cadena. Y no es que sea una miniserie horrible pero sí resulta un producto bastante flojo. Compuesta por 5 capítulos de casi una hora de duración, Criminal Justice nos cuenta la historia, basada en hechos reales, de Ben Coulter, un tipo que durante una noche que coge sin permiso el taxi de su padre, termina pasando la noche con una mujer que acaba siendo asesinada y que, las pruebas de dicho asesinato, llevan directamente a Ben.

  
Criminal Justice nos cuenta una historia previsible, que hemos visto mil veces. Cuando esto sucede, yo normalmente espero olvidarme de esa previsibilidad con otras cosas. Ya sea con una trama bien construida, con personajes que estén definidos, con una gran puesta en escena.... pero Criminal Justice no ofrece nada de eso. La trama va dando vueltas y pareciendo, a medida que avanza la serie, más y más estúpida hasta derivar en un final de traca, los personajes se definen en dos o tres trazos y las relaciones entre ellos no están bien llevadas mientras que la puesta en escena no está del todo mal pero tampoco ofrece ninguna escena realmente memorable.


Quizá el primer capítulo, cuando Ben aún está libre y entabla contacto con la mujer que acaba siendo asesinada, no está del todo mal y tiene su punto. Pero cuando comienza el personaje a pasar todo el infierno en prisión, todo se va al traste. Se puede entender la actitud del personaje principal por todo lo que le está pasando aunque llega un momento en que parece que está pidiendo a gritos que le den un par de palizas en la cárcel. Algo de carácter no lo vendría mal. Su relación con su compañero de celda es realmente precipitada. Se podría entender que éste último le acabe ayudando por estar cansado de hacer lo que hace, pero en un momento de la miniserie él dice que le gusta el papel que realiza en la prisión y su reacción a ayudar a Ben termina por resultar exagerada.


Tampoco los demás personajes de la prisión tienen mucho donde rasgar. Está el típico preso que le hace la vida imposible al protagonista y que poco tiene que aportar y, sobre todo, el preso que resulta ser el mandamás de la cárcel y de saber bastante del caso de Ben. Esto parece cogidísimo por pinzas, una justificación innecesaria para intentar darle más peso a su personaje o para que entendamos la reacción del personaje de Pete Postlethwaite al final, pero termina por ser otra cosa más al cajón de las incongruencias. Como ese policía que cree en la culpabilidad de Ben pero tiene que ir manipulando pruebas para seguir manteniéndolo en la cárcel. En un principio tiene su punto y resulta el personaje más atractivo de la serie, a medida que avanza, él va a menos.


Pero luego está el juicio de ese caso. Y es lo peor de la serie. La defensa del chico consiste en cambiar de estrategia cada 5 segundos. Una auténtica chapuza, vamos. Y no se entiende que la jueza permita todo eso a los abogados defensores. Pasan del asesinato inconsciente -al no poder recordar Ben lo que pasó-, a la defensa propia y de eso a que fuera otra persona quien asesinara a la chica. Intentan ir por el carácter de la chica o por la gente de alrededor de ésta pero nunca consiguen nada bueno. Vamos, que básicamente con tanto cambio de estrategia le están diciendo al jurado que fue el chico quien lo hizo y que ni ellos tienen claro lo que pasó. A eso hay que sumarle la relación entre el chico y su madre, quien cree que su hijo sí asesinó a la mujer. Esto estaría bien sino fuera porque las razones por las que la madre le cree el culpable también es para darle de comer aparte al guionista.


Una conclusión realmente nefasta y muy precipitada, como si tuvieran prisa por terminarla, en la que al fin se demuestra que el chico es inocente, termina por rematar una serie floja. Y es una pena porque creo que Criminal Justice tenía un tema interesante, aunque aquí está muy mal tratado, y buenos actores, aunque todos acaban sucumbiendo ante unos personajes muy desdibujados, para poder ofrecernos una serie cuanto menos interesante. No recomiendo perder el tiempo con ella. Tiene segunda temporada, con otros personajes y actores, pero de momento no tengo ninguna intención de darle otra oportunidad.


sábado, 14 de abril de 2012

Take Shelter (spoilers)

Take Shelter es la primera película que veo de Jeff Nichols ya que, su anterior película, Shotgun Stories, también protagonizada por Michael Shannon, no la he visto aún. Una película que ha presentado en multitud de festivales siempre con buenos resultados. Y lo cierto es que durante buena parte de su metraje realmente no sabía por donde iba a tirar el director aunque el asunto se hace más evidente en el tramo final de la película, pero tiene en buena parte de su duración un halo de misterio que hace atractiva la propuesta del director. Y Jeff Nichols consigue desprenderse de los vicios del cine independiente para demostrar que tiene talento en la puesta en escena.

En Take Shelter hay, sobre todo, un ambiente enrarecido, una atmósfera turbia. La sensación que alguna catástrofe puede pasar en ese pueblo y a esa familia. Y el director va a potenciarlo todo, primero haciéndonos dudar si lo que está viviendo -o soñando- el protagonista es real, algo así como premoniciones o simplemente es la locura de un hombre que a medida que pasa el tiempo va en aumento. Bueno, teniendo en cuenta que el personaje lo interpreta Michael Shannon ya asumimos que un poco loco está, tenga razón o no. Pero tiene el pasado con su madre internada y puede haberlo heredado. Aunque también hay indicios que quizá todas esas alucinaciones, esa gran tormenta que cree que va a suceder, acabe pasando.

Y lo bueno es que el director lo lleva todo hasta el punto que cualquier final de los dos habría sido satisfactorio. Y esto es una auténtica pena porque al final Jeff Nichols te quiere clavar los dos finales. Y eso no procede. Si te quedas con uno ve con él hasta el final. No lo cambies como utilización de final sorpresa para engañar al espectador porque es innecesario. Es un fallo menor, que no termina por empañar el resultado final de la película pero que sí molesta un poco. Una vez que eliges que quizá todo esté en la cabeza de Michael Shannon, que necesita ayuda médica, alejarse de su familia y ser internado dando como resultado un final un tanto claustrofóbico cuando se meten en ese sótano construido por el personaje, no nos termines por meter que lo del tornado es cierto porque el final con todo lo anterior habría sido perfecto pero acabas añadiendo esa escena que resulta gratuita.

Pero uno se acaba quedando con su atmósfera, con esas alucinaciones o pesadillas que tiene el personaje de Michael Shannon que resultan escalofriantes, tanto que las primeras de ellas parecen reales -sobre todo la del mordisco del perro en el brazo-. Gran mérito también, tanto por parte del guionista -que en este caso es el mismo Jeff Nichols- como de Michael Shannon, es el desarrollo del personaje protagonista, adentrándose a la perfección en sus miedos. Y sus relaciones con los demás personajes como el caso de su familia -pequeñas pero importantes apariciones tanto de la madre como del hermano- o sus amigos -el vuelco que da su relación con su mejor amigo y compañero de trabajo-.

También el retrato de ese pueblo, donde la imagen de Nichols y la fotografía cobran gran rebelancia, además con la crisis económica también de fondo al estar siempre pendiente del dinero que la familia tiene para la operación de la hija. Y por un lado tenemos a una Jessica Chastain estupenda en su papel, aprovechando los minutos que le cede Shannon para estar luminosa y un Shea Whigham estupendo, quizá no tan perdedor como en Boardwalk Empire pero igualmente siéndolo.

Una película recomendable de ver y que puede recordar sobre todo en puesta en escena al cine de otros directores -Shyamalan a la cabeza-. Pero donde mejor se maneja el director, además de en eso, es en el tratamiento de la cabeza de su personaje principal tejiendo un drama psicológico. Y un par de trampas y lo ya mencionado del doble final bajan algo el listón de una película que podría haber sido estupenda pero, aún así, nos encontramos ante una de las películas más interesantes del 2011 y que mucha gente se perderá por no ser lo suficientemente conocida. Una auténtica lástima.

domingo, 8 de abril de 2012

Crematorio (spoilers)

se desarrolla en un lugar llamado Misent. Pero, desde luego, yo creo que todos los que la hemos visto, este lugar nos recuerda a Marbella. Y es que la mala fama que ha cosechado la ciudad andaluza es enorme, sobre todo por parte de algunas personas que han pasado por allí y han cogido todo lo que han podido. En Crematorio nos cuentan la historia de Rubén Bertomeu que busca construir unos hoteles de lujo y ya de paso llevarse unos cuantos billetes a la saca. Y para eso utiliza todo tipo de tretas. A la vez, vamos conociendo también a su familia, que está de luto por la muerte del hermano de Rubén. Conocemos a su hija, su novia aún más joven que su propia hija, su nieta, el amigo que le traiciona, su madre, además de la gente de la que se rodea.
Crematorio

En la serie nos narran el pasado de Rubén Bertomeu a través de pequeños flashbacks que sirven para perfilar las relaciones de este personaje con la gente de su entorno. Así vemos esas pequeñas cosas que sirven para que veamos como las relaciones, en el tiempo presente, han acabado así, de esa manera. Y también para que conozcamos un poco más al hermano de Rubén, su relación con el amigo que le traiciona, sus inicios con la mafia rusa y su peculiar relación tanto con su madre como con su hija. Los flashbacks están bien integrados en la trama y, por suerte, no ocupan mucho y llegan cuando la trama los requiere.

Al final, lo que más le importa a Rubén es no caer, estar en lo más alto. Pero es precavido, no quiere dar pasos en falso y aún así en la serie vemos como casi todo se le pone en contra, incluso con gente de su confianza actuando a su espalda pese a que quieren ayudarlo -ese perro interpretado por Vicente Romero yendo al hospital o la novia cogiendo el dinero para librarlo-. Muchas veces acompañado por su fiel abogado, que al final no es tan fiel, todo se le viene cuesta arriba porque todos parecen ir contra él, incluso cuando intentan hacer justamente lo contrario.

Como ya he dicho, mucha importancia tiene la familia de Rubén. La madre con la que no se lleva bien y a la que solo ve cuando resulta obligatorio, la hija con la que mantiene una relación de amor-odio y la nieta a la que intenta ayudar pero tampoco quiere que descarríe. La relación de estas últimas también es digna de un libro. Que tu hija vaya a follarse a tu amante, sabiéndolo perfectamente, dice mucho de la relación que mantienen estas dos, con la madre intentando que su hija se valga por ella misma y esta última intentando aprovecharse de todos los lujos que le ofrece su abuelo.

Crematorio es una serie que está lejos de ser perfecta. A veces algunas reacciones pueden parecer un tanto exageradas. Creo que la mafia rusa, aunque tiene su punto esa especie de Abramóvich del personaje con más importancia, está un tanto desaprovechada. Al menos más allá de los primeros capítulos donde sí que cobran cierta importancia. Pero es una serie en la que dejarse atrás los prejuicios y sentarse a disfrutar. Bebe de muchísimas fuentes, de muchas películas del género y, por supuesto, como ya se ha dicho, también bebe de algunas series de la HBO. Respecto a los créditos iniciales, más que con los créditos con lo que me quedo es con la soberbia canción de Loquillo. Pero a diferencia de la serie, esto no es ninguna sorpresa.